Un bebé nace con un programa biológico adecuado para adaptarse al mundo exterior y poder asimilarlo. Cualquier déficit sensorial, físico o psíquico rompe este desarrollo natural y obliga al niño y a la familia a pasar por un proceso de adaptación y a trabajar las dificultades que se presentan. Este esfuerzo no siempre resulta viable, ya sea por razones debidas al propio déficit o a la situación de desinformación y de crisis emocional en la que se suelen encontrar los padres.

La presencia de un trastorno en el desarrollo del niño es un factor de riesgo para el desencadenamiento de otras alteraciones que se asocian al trastorno original. Son, precisamente, estas alteraciones añadidas las que se deben prevenir y las que dan sentido a la existencia de los Servicios de Atención Temprana, porque es en estos primeros años cuando todavía puede ser modificable las capacidades. Por tanto, la Atención Temprana es decisiva para prevenir y disminuir las dificultades presentes en el desarrollo del niño.

Concepto

Las primeras experiencias en Atención Temprana empiezan en España alrededor de los años 60 del pasado siglo, desde entonces el concepto de Atención Temprana ha ido evolucionando a lo largo de los años para adaptarse a las distintas realidades.

El mayor cambio conceptual que se da es que se supera el término inicial de “Estimulación Precoz” para dar paso al término de “Atención Temprana”. Este progreso conlleva un importante avance globalizador en la atención al niño, ya que no sólo implica la necesidad de contemplar un conjunto de actuaciones dirigidas al niño, sino también a la familia y al entorno.

Según el Libro Blanco de la Atención Temprana (2000), la Atención Temprana (AT) es el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0–6 años, a la familia y al entorno, que tienen como objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos.

Objetivos

Por un lado, el objetivo general de la Atención Temprana es que los niños que presentan trastornos en su desarrollo o tienen riesgo de padecerlos, reciban todo aquello que desde la vertiente preventiva y asistencial pueda potenciar su capacidad de desarrollo y bienestar, posibilitando de la forma más completa su integración en el ámbito familiar, escolar y social, así como su autonomía personal.

Por otro lado, algunos de los objetivos específicos de la Atención Temprana son:

Reducir los efectos de un déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño.

Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y adaptación a necesidades específicas.

Evitar o reducir la aparición de déficits secundarios o asociados a un trastorno.

Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y del entorno en el que vive el niño.

Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.

Destinatarios

Los destinatarios de los Servicios de Atención Temprana son, principalmente, la población infantil de 0 a 6 años, la familia y el entorno. Se intenta actuar sobre los padres y con los niños para generar un nuevo equilibrio en el entorno familiar.

Necesidad de actuar tempranamente

Las intervenciones de Atención Temprana van orientadas a la primera infancia. Esta es un etapa vital, ya que la capacidad de adaptación del sistema nervioso y del cerebro es un factor determinante para el desarrollo posterior del niño. El cerebro, tal y como se ha demostrado en las últimas décadas, tiene la particularidad de que, pese a estar en gran parte programado genéticamente, puede experimentar tanto cambios funcionales como estructurales por influencias endógenas y exógenas. Este fenómeno se conoce como “plasticidad cerebral” (Chen, Cohen y Hallet, 2002).

Por ello, es importante que el entorno del menor favorezca que las primeras vivencias del niño con el mundo exterior garanticen el máximo desarrollo integral de todas sus capacidades, ya que en estas primeras edades se desarrollan y maduran las capacidades fundamentales y prioritarias del niño.

Profesionales

El funcionamiento de los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT) se lleva a cabo por un equipo interdisciplinar compuesto por profesionales procedentes del ámbito de los servicios sanitarios, sociales y/o educativos (logopeda, psicólogo, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional…) que intervienen con los pequeños y con las familias.

Un equipo interdisciplinar debe caracterizarse por su capacidad para integrar y sintetizar la información proveniente de las distintas disciplinas, es decir, que no solo se necesita la implicación de profesionales de distintos ámbitos, sino también que esos profesionales tengan conocimientos básicos acerca de las otras disciplinas que configuran el equipo.